Erase una vez yo. un niño o niña. da igual.... que pasábame sus días y noches jugando. Eso, nada tiene de raro, ya que es normal cuando uno es pequeño. Lo extraordinario del asunto e incomprensible para alguien de mi edad, era que todos mis juegos transcurrían sentado. Sentado, acostado, boca abajo o boca arriba, pero mas o menos quieto, con la mirada muy fija y las manos un poco ocupadas.
Bueno, en realidad no todo el tiempo estaba jugando. también escuchaba música, veía a otros jugar, construía mundos, descargaba universos y hasta "interactuaba". Intercambiaba fotos, sonidos, imágenes, era casi como estar con alguien. pero en realidad jugaba solo, solo con mi pantalla.
Todo comenzó tiempo atrás, cuando alguno de mis padres (o abuelos o tíos da lo mismo), ya no recuerdo) tenía tantas y tantas cosas que hacer -frente a otra pantalla- que decidió que era una buena idea que me "entretuviera" -y dejara de molestar -con una de esas pantallitas... inocente, divertida. Yo quería esconderme, brincar, hacer cosquillas, sacar todos los juguetes y armar algún rompecabezas... pero ahi esytaba todo. en la pantalla.
- ¿Ya viste? ¡si le sabe!
- Es que estos niños de hoy ya nacen con el "chip integrado"
Asombrados viéndome manipular los controles. Primero el mouse, después el teclado y mas tarde la pantalla táctil. Poco después me sorprendieron acariciando un cartel de una marquesina, como esperando un poco de interacción. Al no haberla, hice lo que mejor sabía: un berrinche y ¿que paso?
Cada vez que yo manifestaba mi enojo, frustración o tristeza o deseo, alguna mano amiga me ofrecía su pantalla. Con monitos, dibujos animados, baby mozart, los cortos animados de Pixar, arcades, angry birds, "juegos didácticos" estos últimos si que eran frecuentes, sobre todo pro parte de mis papás.
-Este enseña letras y números- Me decían mientras lo dejaban frente a mi casi sin mirarme. Es super intuitivo. No necesitarás que te lo explique.
Así crecí. Y mi infancia transcurrió entre salidas al centro comercial (donde renovábamos una y otra vez las pantallas de la casa) el cine, (la pantalla gigante por excelencia) horas y horas frente a un televisor y otras tantas de la tablet a la computadora.
Han pasado los años. Los adultos comienzan a preocuparse de aspecto. Dicen que tengo sobrepeso y que soy muy sedentario ¿Que diablos es eso? Ponen clave al wifi y me limitan las horas que puedo jugar con mis amigos. los únicos que tengo,. Me piden que salga fuera a jugar, con los otros chicos de mi edad -¿Cuáles?- que raro, la calle, ese lugar que siempre siempre ha sido muy peligroso de repente ¡ya no lo es!
Mi padre (o mi abuelo o mi tío da lo mismo) me regalan balones y una bici, una patineta y no se que más cosas para que me "ponga en acción" pero no quiero. Ahora soy yo el que no quiero correr, jugar ni esconderme. En la pantalla está mi vida entera. Mis amigos, mis redes, mi música... ¿No lo entiendes? tengo una vida construyendo mi realidad virtual. No me interesa.un mundu si no tiene "undo" o forma de "guardar los cambios" o de "pausar". Hasta ahora me he dedicado a descargar "cosas" pero estoy esperando el momento en que la pantalla me ofresca la opción de "subirme a la nube" para no bajarme nunca jamás.
No comments:
Post a Comment