La leyenda de
las hermanas de las colinas Hilo en HAWAI
Hina,
Madre de Maui, se había casado con la luna. Tuvo dos hijas. Keahi, la niña del
fuego y Kuluua, la niña de la lluvia. Como regalo, su madre les regaló a cada
una una montaña, el monte Halai para Keahi y el monte Puuhonu para Kuluua. Estas
montañas eran muy ricas y fértiles, y las hermanas y su gente habitaron esas
tierras por mucho tiempo en riqueza y prosperidad.
Mucho
tiempo pasó y la lluvia empezó a caer cada vez menos frecuentemente, hasta que
el suelo se secó. Todo lo que plantaban moría por falta de agua. Los plátanos,
la caña de azúcar, las papas dulces se marchitaban y los árboles morían. Los pueblos
pemezaron a sufrir hambruna, la sombra de la muerte se acercaba a ellos y la
gente temía lo peor.
Keahi
sabía que debía que hacer algo para salvar a su gente. Pidió a sus hombres que
cruzaran el río que ya no llevaba agua, que se internaran en el seco bosque de
Koa y Ohia y recolectaran madera para hacer una fogata. Mientras tanto, en el
pueblo, oraban y hacían ofrendas en espera del regreso a salvo de los hombres. Cansados
y muy débiles los hombre regresaron cargando lo que se les había pedido.
Los
hambrientos y cansados viajeros, hicieron una sanja en las faldas del monte
como Keahi lo ordenaba, fabricando un enomrne
imu, que es un horno para cocinar, elaborado
con piedras y madera.encendieron el fuego y cuando las piedras estuvieron bine
calientes, Keahi pidió a la gente del pueblo que prepararan todo como si fueran
a cocinar la comida para un gran banquete.
La
gente, muy confundida obedeció a Keahi y preparó todo, pero oensaban que a
menos que fueran a elegir a uno de ellos para comer, no habría banquete alguno.
Se preguntaban quién de ellos sería elegido para el sacrificio. Pero habían olvidado que Keahi era "Hina
la amable." Ella miraba a su gente trabajar y estaba complacida, aunque
llena de pena y amor por su gente que sufría.
Entonces
ella dijo: "Este horno imu es mi imu. Me recostaré en su interior como si
fuera mi cama hecha de piedras ardientes. Dormiré bajo su cobijo, pero deben cubrirme
bien, o moriré. Rápido, cúbranme con la tierra sobre mi cuerpo. No teman al
fuego y esperen tres días. Una mujer debe estar cerca del imu. Hagan lo que
ella les indique."
Keahi
entró en la gran sanja y se acostó sobre las piedras calientes. Su gente siguió
al pie de la letra sus instrucciones. Taparon el horno con la tierra hasta que éste
estuvo bien cubierto. Esperaron y cuidaron del horno preguntándose que
sucedería con su hermosa y amada líder. Keahi era la ama del fuego, y por eso
el fuego no podía hacerle daño alguno. Ella viajó tierra adentro, al inframundo,
donde el espíritu del mundo habitaba.
Al
día siguiente, una fumarola de vapor de agua escapó de la tierra. En el segundo
día una piscina de agua de color rosado cubrió la superficie de la tierra. Al
tercer día un gran manantial de agua brotó hacia el arrecife hacia las olas del
mar. Pronto, una mujer apareció cerca del imu, y mandó a los trabajadores a
quitar la tierra y abrir el horno. Cuando hicieron esto, la hambrienta gente
para su sorpresa encontró una gran abundancia de comida, tanta, que bastó y
sobró para alimentarles varios días, hasta que la fruta y la verdura empezó a marchitarse,
los días de hambruna se habían terminado.
La
gente estaba muy contenta porque su líder, la hermosa y muy amada había
escapado de la muerte y les había traido de nuevo la vida. Inventaron canciones
y bailes acerca de la maravillosa dama del fuego,Keahi.
Mientras
tanto, la segunda hermana Kuluua, que siempre había estado celosa de su hermosa
hermana Keahi, escuchó de sus proezas en los cantos y los bailes de su gente. Los
habitantes del monte Puuhonu también sufrían por la sequía, así que Kuluua decidió
hacer lo mismo que su hermana. Ordenó que se hiciera la zanja. Y se ofrecería
ella misma en sacrificio la igual que su hermana, pero en medio de su envidia y
su soberbia Kuluua olvidó que ella era la dama de la lluvia, no del fuego, y
que el agua y el fuego no pueden estar juntos. Ella se metió al pozo, y su
gente la cubrió inmediatamente con tierra como ella había ordenado. Su gente,
hambrienta y deseperada, esperó que sucediera el milagro, pero las piedras calientes
destruyeron a Kuluua, and se evaporó, convirtiéndose
en una gran nube de lluvia sobre el monte Puuhonu.
Su
gente esperó 3 días, 4 y 5. Pero no pareció nada y seguían muriendo de hambre. En
el quinto día, los pobladores abrieron el imu y no encontraron nada más que las
cenizas de su envidiosa líder. Los pobladores de Puuhonu murieron.
Los
espíritus de ambas hermanas aún se aparecen cerca de las viejas colinas de vez
en cuando Keahi, en forma de ríos de lava que acarician las faldas de su montaña
u , Kuluua, convertida en nube de lluvia.
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