Lo sacaron de la tierra, casi como uno más de los elementos del entorno. Dormía desde hacía tiempo entre mantos acuíferos, rocas, gases y vapores. Su color era negro. Su forma una masa oscura, negra, viscosa. Había estado atrapado durante miles de años entre las piedras. No sabemos a ciencia cierta quienes fueron sus padres, o cuando comenzó su existencia. Quizá provino de alguna planta, animal o ser desconocido que una vez caminó sobre la superficie de la tierra. Lo cierto es que como un genio salido de una lámpara maravillosa, tras ser liberado después de tanto tiempo bajo las rocas iba decidido a tomar el mundo entre sus manos. Este mundo hermoso lleno de vida y colores..
Tenía muchos planes, lo que vió a su alrededor le pareció hermoso. la luz, el color, los olores. . Alguien conoció de su existencia. Se imaginó su potencial. Le hizo bastantes pruebas. "Bruto" le llamaban. Ese nombre no le gustaba. Sonaba algo bobo, confuso, pobre..
"Tenemos que refinarlo, así casi nos nos sirve de nada". Dijo un hombre elegante,
Lo encerraron en un barril para que no escapara. Comenzó la transformación. Conocieron cada una de sus propiedades. El monstruo era pura energía. Justo lo que necesitaba el mundo que los hombres elegantes estaban construyendo.
"Este monstruo será el motor del progreso" decía un hombre elegante de gris
"Este monstruo produce riqueza, vale más que el oro" dijo otro hombre elegante vestido de negro
"Este monstruo puede ser casi cualquier cosa" dijeron varios hombre elegantes mientras estrechaban las manos y firmaban papeles. Entonces ya no lo llamaron Bruto, lo llamaron "OroNegro".
Oronegro viajaba en grandes buques, sobre las aguas del océano. Escuchaba las olas mecer su camerino y agitar el barco pero no podía verlas. Logró escapar para conocer el mar y todas su bellezas, pero se dio cuenta que todo lo que tocaba, casi como el rey Midas, se cubría de él, oro negro, cada cosa tocada por el se ponía muy triste y poco a poco perdía su belleza y moría.
Oronegro lloraba al ver que los peces y las aves, las algas y las tortugas, los delfines y hasta los seres pequeñitos que habitaban los arrecifes perdían sus colores al ser tocados por la mancha negra de sus manos. Oronegro continuó entonces su viaje hacia su destino.
Los hombres elegantes tenían muchos planes para él.
Lo refinaron. Su transformación fue impresionante. Jamás se imaginó que podía ser muchas cosas. Lo pintaron de colores, Lo hicieron de muchas formas, lo convirtieron en plástico, en gasolina en gas, en aceite... todo lo que el mundo de los hombres elegantes necesitaba para funcionar. Lo convirtieron en fuego, en alimento para las máquinas, en lubricante para los motores, en armas, en ropa, en vasijas, en herramientas, en juguetes, hasta en alimento... en fin, Todo lo que la imaginación de los hombres elegantes producía,
OroNegro estaba orgulloso de si mismo. Ya no era negro. Era de colores, y de todas las formas posibles. Estaba en los aparadores y la gente hacía enormes filas y pagaba mucho dinero para tener un poco de él. Los medios de comunicación no dejaban de hablar de su presencia en el mundo, de su valor, de su belleza, de su importancia y de sus productos.. Era portada de revistas y periódicos. Incluso los hombres elegantes especulaban sobre su valor y precio en la bolsa de valores. Así de importante era.
Cremas, vestidos, cubetas, llantas, herramientas, pinturas, gases, aerosoles, toooooooooodo y más... Pronto cubrió las calles,las paredes, cada casa, cada persona, cada niño o niña tenía por lo menos un poco de OroNegro en su vida. Era tan importante que sin él no funcionaban los automóviles, ni las industrias, no había luz o calor en los hogares sin su presencia. Hasta creo que las mujeres más bellas se ponían un poco de Oronegro sobre el rostro para lucir más coloridas y hermosas. Les daba gusto a todos tenerle. Estaba por todos lados. Por todos lados. Todo era felicidad y colores. Hasta que un día OroNegro miró el cielo.
Cada vez el cielo era menos azul, y más negro. Se parecía mucho a aquella mancha negra que acarició el mar y dejó un rastro de muerte. El cielo también se estaba poniendo muerto. Las aves ya no cantaban, ni volaban, ni había mariposas. OroNegro miró también el agua del río. los peces y las plantas estaban luchando por sobrevivir entre los restos de plástico, cubetas, botellas y detergentes que habían producido gracias a el.
Todos los seres vivos empezaban a enfermar y a morir. Rodeados de aire negro, agua contaminada, residuos de plástico... OroNegro se puso triste. Nunca imaginó la destrucción que causaría. Pero los hombres elegantes continuaban sacando más y más monstruos como él de entre las piedras, No veían la destrucción y el daño que estaban causando al despertar a los monstruos de bajo tierra.
Pronto los hombres elegantes se dieron cuenta de que habían sacado a casi todos los monstruos. Comenzaron a pelear entre ellos por ver quién se quedaría con los últimos valiosísimos recursos.
OroNegro lloraba, y sus lágrimas negras empapaban los campos matando todo a su alrededor.
Una niña pequeña escuchó su lamento.
"¿Por qué lloras?" preguntó la niña
"mira lo que he hecho" respondió OroNegro mientras se sonaba la nariz. "he destruido un mundo hermoso, soy un monstruo realmente malo. Solo sé provocar destrucción"
"No has sido tu" dijo la niña mientras recogía del suelo restos de basura. "hemos sido todos"
"te sacamos de tu cueva, te llevamos por el mar, te transformamos en miles de cosas, te compramos, te vendimos, te usamos y luego te tiramos, te quemamos, te vaciamos en el agua, te dejamos en los campos... todo ha sido nuestra culpa"
"Quisiera regresar a mi hogar" -dijo el monstruo mientras tomaba la mano de la pequeña- "ahí no hacía daño a nadie. Dormía entre las rocas y escuchaba el crujir de la tierra, el paso del agua, el crecer de las plantas. He venido a destruir un mundo hermoso. Quiero volver, pero ya no soy el mismo. He cambiado, estoy por todas partes, de mil formas distintas, en forma de desechos, de basura que nadie quiere, me arrojan al aire, al agua, al mar. Soy destrucción y muerte".
La niña lo miró con ternura.
"Es posible detener esto" -le dijo muy seria- "pero necesitaremos de mucha mucha ayuda. Si todos ayudamos, dejaremos de hacerle daño a los demás seres vivos con tu presencia. Primero, tenemos que dejar despertar de más monstruos como tu, y empezar a despertar a más niños como yo. Que abran los ojos y descubran la belleza del agua limpia, del mar, del campo, de río y todos los seres vivos que nos rodean. Que dejen de comprar árboles y flores plásticas, y que siembren árboles y flores verdaderas. Que no abracen animales de peluche o juguetes hechos de plástico, sino que valoren todas la especies que viven sobre la tierra. Que dejen de comer alimentos procesados, de colores y envolturas vistosas y que descubran el sabor y el color delicioso de una manzana, de una naranja, de un pepino... solo así podremos dejar de destruir lo hermoso de este mundo.
OroNegro nunca volvió a ser el mismo. por muchos años anduvo vagando sobre la tierra, flotando sobre el mar y dejando a su paso enfermedad y destrucción, muerte y desolación. Incluso los hombres elegantes murieron. El agua, la tierra, la nieve y la arena lo cubrieron todo una vez más y empezó un mundo nuevo. Sin hombres que despertaran monstruos peligrosos debajo de la tierra.
¿no te gustó el final de esta historia?
A mi tampoco. Estamos a tiempo de cambiar el final de este cuento si comenzamos a abrir los ojos. No le des más poder a este monstruo que destruye nuestro hogar llamado planeta tierra. El cambio está en ti.
Comparte el mensaje, difunde, cambia, creo que aún estamos a tiempo. .
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