Donde viajan los miedos

Se disipan, se van, se desvanecen, Justo cuando uno asoma la cabeza debajo de la cama, armado de valor, sabiendo que podría encontrar debajo algo escalofriante, algo terrorífico. Cuando uno decide volver a encender la luz una vez que ya la había apagado para cerciorase de que todo fue producto de la imaginación. Se escabullen con una risa burlona, medio socarrona que viene desde el interior del corazón, ahí donde nace la seguridad, donde se agita el palpitar del corazón. Algunos han escuchado incluso su sonido, en el eco detrás de los pasos de aquel que recorre un callejón solitario

Muchos dicen que el miedo se oculta en las sombras, aunque otros lo han percibido a plena luz del día. Se esconde en el fondo del monedero, cuando el billete no aparece y ha llegado la cuenta, . En los lugares más extraños, en el interior del tubo de una pluma que ha dejado de escribir inesperadamente en medio de un examen; el el momento justo en que ella pasa frente a él y las palabras se atoran en un nudo en la garganta,

Yo se donde vive. vive en la hoja de papel en blanco. Vive en el lienzo sobre el caballete, preparado para recibir el color. En el proscenio cuando el telón está a punto de elevarse, en el rollo de película justo antes de ser rebobinada para el revelado. Ahí esperando provocar la sensación de escalofrío, se divierte recorriendo las pieles erizadas de su víctima.

Los miedos viajan, de un sitio a otro, buscando provocar en la mayor cantidad de gente la sensación de inseguridad, de vulnerabilidad. No necesitan documentos, atraviesan fronteras, no distinguen géneros, razas o edades. Ilusamente creemos que cuando seamos mayores se irán. Pero al partir, llegan otros nuevos. Más intensos e interesantes que los anteriores.

Miedo,
es lo que debe tener el cielo.
sera invadido
por amantes delirantes por un beso,
por profetas y dementes exiliados.
Miedo,
es lo que debe tener la vida.
sera enfrentada
por los presos y los brujos solitarios,
por las animas de niños enjuiciados...