Pensando en los más pequeños de la casa, uno se rompe la cabeza preguntándose qué puede cocinar, que sea sano, nutritivo y atractivo para ellos. Las verduras son un eterno dolor de cabeza.
Dicen los que saben -y yo les creo- que no se puede decir que un niño le disgusta un alimento hasta que no se los hemos ofrecido por lo menos 10 veces en formas diferentes. ¡Diez veces! ¿y de dónde sacamos 10 recetas para cocinar los chícharos o las acelgas? Bueno internet, pínterest, instagram, facebook, twitter... no son suficientes para abastecer la cantidad de recetas que tendríamos que probar para esto.
Lo que me ha funcionado a mi, es la creatividad relativa. es decir, De una receta que han probado y les gusta, voy haciendo variantes con ingredientes que aceptan con dificultad. Se necesita un poco de imaginación para lograrlo, pero no es imposible. Por ejemplo. Si les encantan las pizzas, lo primero que uno piensa es la combinación estrella "queso y pepperoni" y no esta mal para un día en que uno no tenga nada de ganas o tiempo para cocinar, o en una ocasión especial. Pero por que no probar "queso y calabacita rebanada tan delgada como un pepperoni"? claro que no son tontos, y la primera vez que vean su plato estrella arruinado por los vegetales no les hará ninguna gracia. El ingrediente secreto es el hambre y el silencio.
El hambre.
Prueba tus recetas cuando de verdad tengan hambre. Si vienen del cine y de atiborrarse de palomitas y refresco y tu les preparas una Musaka* que aunque tenga una pinta deliciosa no se les va a antojar nada. Después de una salida al parque, de una actividad física intensa, sin snacks de por medio, es más fácil que se coman los platillos nuevos.
El silencio.
Ya se que te sientes súper con tu nueva receta variada o inventada. pero no necesitas ponerte en evidencia. Déjalos que prueben y que adivinen. Para que los vegetales tengan mejor sabor puedes pre cocerlos en un poco de mantequilla, o aceite de oliva,
Claro que el comer sano y nutritivo siempre será más trabajo que la comida rápida o instantánea. hay un abismo de diferencia entre levantar el teléfono y ordenar sushi, abrir un sobrecito de sopa instantánea; a preparar sopa de verduras en casa. Cuando pienso en la tabla de picar de mi casa y la cantidad de veces que la tallo y la pongo a remojar y veo la del "preparador de sushi" que igualmente pone el pescado crudo, que el arroz o el pepino... no se, me da un escalofrío.
No sólo por desconfianza en la calidad o frescura de los ingredientes de la comida "comprada" es lo que me ha impulsado a incursionar en la cocina casera, el impacto económico y sobre todo en la salud de uno mismo y la familia valen la pena el esfuerzo.(Te sorprendería el costo de preparar un rollo de sushi en casa)
Hoy comeremos quiché de espinacas**, con poro***. Increíble que un atado de chicos entre los 2 y los 11 años devoren espinacas y poro, pero cierto. Los niños aprenden a comer lo que uno les ofrece, no te des por vencido. Recuerda que el alimento también es cultura. Enriquece tu mesa con todo lo que la naturaleza, tu creatividad y cariño puedan ofrecerles. Vale la pena,
*Receta de origen griego cuya base son la berenjena y el jitomate, intercalados en capas de carne y salsa blanca (bechamel o yogurt)
** Tarta salada de origen francés a base de huevo, crema verduras en una base que puede ser hojaldre, masa quebrada, etc.
*** El poro se recomienda consumirlo en la temporada invernal debido a que ayuda a los problemas de las vías respiratorias.
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