Viajar en coche con cinco niños no es una tarea fácil. Hasta hace muy poco los coches fueron equipados con dvds e incluso consolas para el entretenimiento de los más pequeños, pero para quienes antes viajábamos largos trayectos en auto por carretera conocimos un mundo muy distinto. El de ver el paisaje, contar automóviles, jugar el veo-veo, pelear por el turno en la ventana, pero sobre todo echar a andar la imaginación con relatos orales, ya sea narrados por la mamá -mi madre tenía una historias fantásticas de miedo y terror que empezaba a narrar solo después de escuchar que todos diéramos doce campanadas- o ecucharlos en cassetes de relatos de cuentos.
En nuestra búsqueda por ofrecer a los niños una oferta distinta (tv y consolas o tabletas) Hemos dado con escuchar audiolibros.
El fin de semana pasado en el largo trayecto de un viaje en coche de cerca de dos horas escuchamos el audiolibro de "Los miserables" de Víctor Hugo.
Si mal no recuerdo sé que los Marios de mi casa vienen de la afición de la bisabuela por el personaje masculino Marius de dicha novela.
No cabe duda que los grandes relatos trascienden el tiempo. Pude escuchar la respiración de cinco niños escuchando atentos y emocionados hasta las lágrimas en momentos... Los grandes escritores de la historia nunca dejarán de sorpender a las nuevas generaciones. Fue tal el interés acerca de la novela, que el domingo por la tarde vimos la película y para rematar el lunes -ayer-, (día de san Mario casualmente) terminamos viendo la película musical del mismo tema.
El tema no es especialmente infantil, fue interesante escuchar las reflexiones y conclusiones que cada uno tuvo de la obra. A veces nos asusta o nos da miedo como papás ofrecer a los hijos cosas que no están catalogadas como "infantiles" sobre todo cuando se trata de libros o música, pero a veces en el afán de prolongar su infancia, subestimamos su capacidad de apreciar el arte, con ojos de niño.
Temas como el amor, la guerra, la justicia no son ajenas a la infancia Nuestros niños han estado a expuestos a estos términos cada vez que uno enciende las noticias del radio, la tele o en las redes sociales. Gran distancia hay entre el modo en que un grande de la literatura aborda y expone un tema como la injusticia, el deber o el honor y el modo en que un lector de noticias, un "lider de opinión" o un payaso con peluca verde comentan los conflictos contemporáneos de la naturaleza humana. Nunca podrán exponer el amor, la guerra, el martirio, la desdicha como lo hacen los libros. Aunque los temas sea los mismos, tan humanos y tan reales como los que nacen de la imaginación y se convierten en las peores pesadillas o en perfectas obras de arte.
En nuestra búsqueda por ofrecer a los niños una oferta distinta (tv y consolas o tabletas) Hemos dado con escuchar audiolibros.
El fin de semana pasado en el largo trayecto de un viaje en coche de cerca de dos horas escuchamos el audiolibro de "Los miserables" de Víctor Hugo.
Si mal no recuerdo sé que los Marios de mi casa vienen de la afición de la bisabuela por el personaje masculino Marius de dicha novela.
No cabe duda que los grandes relatos trascienden el tiempo. Pude escuchar la respiración de cinco niños escuchando atentos y emocionados hasta las lágrimas en momentos... Los grandes escritores de la historia nunca dejarán de sorpender a las nuevas generaciones. Fue tal el interés acerca de la novela, que el domingo por la tarde vimos la película y para rematar el lunes -ayer-, (día de san Mario casualmente) terminamos viendo la película musical del mismo tema.
El tema no es especialmente infantil, fue interesante escuchar las reflexiones y conclusiones que cada uno tuvo de la obra. A veces nos asusta o nos da miedo como papás ofrecer a los hijos cosas que no están catalogadas como "infantiles" sobre todo cuando se trata de libros o música, pero a veces en el afán de prolongar su infancia, subestimamos su capacidad de apreciar el arte, con ojos de niño.
Temas como el amor, la guerra, la justicia no son ajenas a la infancia Nuestros niños han estado a expuestos a estos términos cada vez que uno enciende las noticias del radio, la tele o en las redes sociales. Gran distancia hay entre el modo en que un grande de la literatura aborda y expone un tema como la injusticia, el deber o el honor y el modo en que un lector de noticias, un "lider de opinión" o un payaso con peluca verde comentan los conflictos contemporáneos de la naturaleza humana. Nunca podrán exponer el amor, la guerra, el martirio, la desdicha como lo hacen los libros. Aunque los temas sea los mismos, tan humanos y tan reales como los que nacen de la imaginación y se convierten en las peores pesadillas o en perfectas obras de arte.
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