Thursday, November 27, 2014

Hasta la cocina


la cocina tiene magia. El fuego siempre ha sido, desde culturas prehistóricas un elemento sagrado. Es poder porque no cualquier miembro del clan puede acceder a su manejo; solo los iniciados. ,Es magia, porque en el juego de luz, calor y color, esa danza hipnótica que se consume mientras haya combustible y oxígeno suficiente provoca un estado de ánimo que no se puede explicar con palabras.  Es salud, porque así como el fuego daña y quema, también cura, elimina bacterias, disuelve o sintetiza sustancias transformándolas en remedios para el cuerpo y para el alma ¡quién no ha aliviado un pecho constipado con una infusión de manzanilla? ¿quién no goza despertar el espíritu con una aromática taza de café por la mañana?

Otra presencia de elemento básico es el agua. Que al igual que el fuego tiene su papel de elemento chamanezco. Purifica, enjuaga, disuelve, hierve diluye, enfría... el continuo correr mientras se lavan los trastes tiene también un efecto extraño y provocador.

La cocina es un excelente lugar para conocer gente. No solo por el hecho de que la sobremesa siempre es rica en el antecomedor, o el chisme se pone más bueno cuando se forma ese "petit comitee" en la cocina mientras se limpia y se guarda o se sazona y se guisa. Ser convidado a ese exquisito y selecto grupo en donde se habla de lo que no se habla, donde se explica la seña que se hizo durante la cena, el codazo o el gesto disimulado, los detalles y pormenores... es un exquisito placer. En la cocina se hacen confesiones, interrogatorios, promesas y desengaños.

No se que tiene el lugar, no se si es el calor, la mezcla de los olores, el colorido de los ingredientes frescos... las pilas de cacharros en el escurridor. Solo la gente de confianza atraviesa esa puerta abatible que separa el área social -la sala comedor, el vestíbulo, la entrada- y es convidado cómodamente a participar de la intimidad del hogar "El término hogar tiene una etimología curiosa, derivado del latín «focus» – «hogar» (como lugar en la casa donde se prepara el fuego) que luego viene extendido a referirse a la casa misma o a la familia que habita en ella. De raíz indoeuropea *bha- «brillar» (no debe confundirse con aquella también escrita *bha- «hablar») emparentado en griego con φῶς, gen. φωτός (originariamente φάFος) «fôs, fotós» – «luz» y con φαίνω «faino» – «mostrar, traer a la luz»".(wikipedia)

El dicho de "se metió hasta la cocina" implica esa intrusión a la intimidad, a lo propio, a lo que no le muestras a toda la gente. Convidar o ser convidado a la cocina es un placer y un privilegio concedido solamente a los muy buenos amigos.  Pero cuando uno es convidado a hacer uso de la cocina -el cuate que abre tu refri y se asoma a ver que hay, el amigo que saca el solo su chela y te ofrece abrirte una a ti también, el que ya no pregunta dónde están los platos porque sabe perfectamente donde están- se convierte en parte de la familia.

Cocinas con amigos es también un exquisito gusto. Hacer galletas una tarde, inventar una receta o aprender una de alguien es una experiencia que crea lazos que solo la cocina permite. Uno es maestro o "pinche", chef o subchef, garrotero o lo que le corresponda según se ofrezca la ocasión, pero siempre aprende algo nuevo. A veces es la manera en que se combinan los ingredientes, a veces es lo interesante de la plática que surge mientras el horno llega a la temperatura correcta... 






No comments: