Separar la basura. ¿para qué? si los tipos del camión la revuelven toda de todos modos!
he escuchado esa justificación tantas veces.
Y es cierto. Apenas se acercan los bultos de basura al camión contenedor, uno de los señores del servicio de limpia, montado sobre la torre de desperdicios espera que los otros le arrojen las bolsas para rasgarlas y vaciarlas ahí mismo, "revolviéndolo todo".
A inicios de este año (2013) me propuse hacer algo por el planeta teniendo en mente la educación de mis hijos. Hacía ya varios años que en la ciudad de México se implementó el famoso reglamento de "separación de residuos" y al mudarme a la ciudad donde vivo me propuse no perder los buenos hábitos adquiridos. Quise ir más allá y hacer algunos experimentos caseros con respecto a los desechos y la separación de basura.
Cuando me dí cuenta que si separas la basura orgánica de la inorgánica y los residuos sanitarios, la basura deja de ser tan asquerosa y se me ocurrió una idea. ¿Por qué no lavar enjuagar y separar los envases de acuerdo a su tipo y llevarlos a vender a un centro de reciclaje? y me puse a investigar. Encontré que no en todos los lugares compran todo, que los plásticos tienen subespecies; que el vidrio lo pagan muy barato (60 ctv. el kilo) que si lo llevas mezclado vidrio blanco y vidrio de color es más barato aún; que hay basura que aunque su empaque anuncie ser "reciclable" no hay ningún lugar que los acepte o reciba para tal efecto (como las bolsitas de plástico de las sopas de sobre, o las envolturas de pan blanco) y que los centros de reciclaje son de aspecto desagradable... en fin, que nadie se hace rico vendiendo residuos.
Al cambiarme de casa de nuevo, perdí mis "contactos" donde vendía los desechos. Ahora estaba del otro lado de la ciudad. Estuve a punto de tirar la toalla en mi ímpetu "educativo reciclador", cuando me vi frente a un altero de cajas de cartón producto de la mudanza, aplastadas y ordenadas en atados de entre diez y ocho kilos... y me di cuenta que se había hecho ya un hábito el clasificar los desechos. ¿Cómo iba a desperdiciar esa ganancia educativa? así que mientas pensaba esto salí a la tiendita a comprar no se qué y me encontré a uno de esos famosos "chachareros" como les llaman aquí.
Pensé en preguntarle donde iba a vender el sus chácharas, pero se me ocurrió una idea mejor: "recolección a domicilio" Le pregunté si estaba interesado en unas cajas de cartón y algo de vidrio. Rápidamente me acompañó a recibirlo frente a mi casa. mientras acomodaba en el remolque de su bicicleta los montones de cartón, le propuse que pasara una vez a la semana o cada quince días y a ver que tanto le juntaba de material para reciclaje. L idea le pareció fantástica.
Don Alejandro tiene un hijo en la prepa, a punto de entrar a la universidad y una chiquilla de primaria. Su ambición es sacar su familia adelante "para que ellos no tengan que hacer lo que yo hago, que tengan más oportunidad"- me dijo. Mantiene a su familia arriesgando su salud y a veces hasta su dignidad recolectando entre nuestras bolsas de basura todo lo reciclable. "lo felicito por el trabajo que hace" le dije mientras acomodaba las chácharas. Se le llenaron los ojos de lágrimas. "la gente no entiende nuestro trabajo, a veces hasta nos insultan, les molesta lo que hacemos". Si no fuera por lo que hace don Alejandro y el ejército de pepenadores que diariamente recorren las calles de nuestras ciudades muchos de nuestros residuos desechables terminarían en el relleno sanitario, enterrados por años esperando cobrar una factura contra la salud y el deterioro del medio ambiente.
Te invito a hacerles la chamba más sencilla. Separa lo más que puedas, no mezcles basura sanitaria u orgánica con las envolturas tales como pet, aluminio, cartón o papel. Enjuaga los recipientes, compáctalos, aplástalos y si te es posible deséchalos acumulados con otros similares. No es tan difícil. Ellos, ese ejército silencioso de recolectores, héroes anónimos que hacen la tarea que nos correspondería a cada uno de nosotros, te agradecerán el facilitarles el trabajo. Merecemos un mundo mejor. Hagámoslo juntos.
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