Monday, February 25, 2013

Anillo de compromiso


Gandalf: Ash nazg durbatulûk, ash nazg gimbatul, ash nazg thrakatulûk agh burzum-ishi krimpatul.(Lengua negra)
"Un anillo para gobernarlos a todos, un anillo para encontrarlos, un anillo para atraerlos a todos y en las tinieblas atarlos".
(inscripción del anillo único del Señor de los Anillos, de J R R Tolkien)



Muchos anillos han sido famosos en la historia: el Anillo del Nibelungo, de Wagner, el Señor de los Anillos, de Tolkien, pero ninguno más famoso por supuesto los de cada historia de amor portados en las manos de los amantes. Historias que por lo regular comienzan a tomar forma seria con el deseo de compromiso.

¿Qué significa un anillo de compromiso?
Según la tradición occidental, el hombre que desea casarse con una mujer, le propone matrimonio y se comprometen a desposarse regalando un anillo, generalmente un brillante solitario. Éste se coloca en la mano izquierda, -siempre y cuando la susodicha acepte esta proposición- sobre el dedo anular, -que según se creía contiene la vena cordis, camino directo al corazón de la amada.

Lleva una piedra solitaria, generalmente un diamante, piedra que toma su nombre del griego antiguo αδάμας "adámas", que significa invencible, inalterable. y es verdad. El diamante es una de las formas más estables del  carbono. Posee la más alta dureza y conductividad térmica. de todos los materiales que existen en el planeta debido a el fuerte enlace entre sus átomos.  

El diamante es llamado piedra preciosa no de forma gratuita. Es hermoso en realidad. Sus características ópticas debido a su forma cristalina  su transparencia, apariencia incolora y su carencia de imperfecciones lo hacen un cristal que posee una dispersión refractiva de la luz muy especial, descomponiendo la luz en todos los colores del arcoiris.

Así se sienten -o así nos sentimos- los futuros contrayentes de matrimonio: invencibles, sólidos, inalterables, tan juntos, tan unidos... dándose fortaleza uno a otro. con un amor que deseamos indestructible, y al mismo tiempo bello, transparente y lleno de luz y color.
La forma de la sortija es también peculiar. Dependiendo de la montura, el anillo no es precisamente redondo, sino más bien oval, a diferencia de la argolla matrimonial, que por lo regular si es redonda, lisa, sin pedrería o incrustaciones.

Nada ilustra más la naturaleza de los diferentes símbolos anulares del amor humano. Mientras que el noviazgo es romance, detalles, lucimiento en apariencia, búsqueda de claridad, de verdad, nitidez y belleza, el matrimonio es la promesa de amor que no tiene final, como el círculo perfecto de la argolla, que en su austera apariencia semeja más a un grillete que a una pieza de orfebrería.

El anillo de compromiso es uno, mientras que la sortija o argolla matrimonial es un par: una de ellas para cada uno de los contrayentes.  El anillo de compromiso representa una promesa de matrimonio, mientras que la argolla matrimonial representa una alianza: desde el momento en que se  intercambian los votos matrimoniales, los esposos se funden en una promesa o alianza (del latín alligāre  que significa atar) indisoluble y perenne, de amor, fidelidad y respeto que se representa con los anillos de boda. 

Ambos anillos, tanto el de compromiso como le de boda -en el caso de la mujer- se portan juntos, en el dedo anular izquierdo, o como se le llama en algunos paises, dedo cordial. Quizá como recordatorio de la hermosa etapa que se vivió durante el noviazgo y el compromiso que se adquiere el día de la boda y se vive día con día en cada uno de los retos y desafíos que se presentan en la vida matrimonial, "en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza..." rezan los votos que recitan uno y otro frente al altar. El de compromiso recuerda el si juvenil, la ilusión del futuro, la ingenuidad y el deseo de la entrega, y el de boda recuerda el amor que no tiene final, con los pies en la tierra, inspirado en el amor que Cristo le tiene a su iglesia. San Pablo dice: "Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia" (Ef 5:25) 

Recibir o entregar un anillo es una experiencia inigualable y única para cada uno, para cada pareja. Felicito y me alegro por todos los que este año han tomado la difícil decisión de dar un paso más allá y llevar el amor a otro nivel. A comprometerse y vivir una experiencia más allá de las emociones y el deseo humano. Enhorabuena y muchas bendiciones en ese nuevo camino. 

Espero, de todo corazón que la experiencia sea maravillosa, autentica y los lleve al encuentro del Amor Verdadero y no se convierta, como en la sentencia inscrita en el anillo de Frodo, en un anillo para gobernar, atraer y atar a las tinieblas. 





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