Thursday, March 17, 2011

Una musa en uniforme



Novela por entregas capítulo X





Del dicho al hecho...



Mini se despertó tarde, se apuró lo más que pudo y en cuestión de segundos estaba arriba del coche hasta con el cinturón puesto. Sus ojos estaban ojerosos y su cabello mal peinado. El trayecto a la escuela fue en silencio. Salvo algunas pequeñas interrupciones de Lino, quien preguntaba acerca de los letreros de la calle, de la hora, o cualquier cosa que rompiera la tensa calma que se sentía al inteior del auto.
 
Todo pareció transcurrir normalmente. Minimusa entra a la escuela, se reune con sus amigas. -¿cómo te fue?- pregunta Danny, -me dejaste preocupada con lo que me dijiste de estar castigada por una eternidad. Sólo fue un libro y además tu no tuviste la culpa... ¿o si?
 
Minimusa no respondió. Prefirió cambiar el tema. -No se, ya sabes, ¡todos esttán locos! oye y que era lo inmportante que me ibas a decir ayer...
Danny se dio aire de importancia- ah, ¡eso! es decir, creo que ya se quién anda detrás de tus huesitos Mini, se quién escribió la nota del otro día... - Minimusa suspiró, meneando la cabeza en señal de desaprobación. pero una leve sonrisa se asomó en sus labios -Daniela Mendoza, ¡eres de lo peor! ¿quién te dijo lo de la nota?
Daniela se miró la punta de los zapatos dándose importancia. Haciendo las pausas que el dramartismo del momento necesitaba: - ¿quieres saber cómo supe lo de la nota o quieres saber quién la escribió?
- Ambas- contesto Minimusa con mirada tierna pero severa hacia su amiga, como diciéndole: "no estoy para bromas"...
- Sucede que estaba yo buscando puntillas para mi lapicero, y pues, en eso que tu no estabas porque te habías ido a lo de la prefecta y eso... bueno y yo, ¿no te enojas? pensé que el rollito de papel dentro de tu estuche... ya sabes, yo...
- lo confundiste con puntillas ¿no?
- no la verdad me dió curiosidad y lo abri, pensando que era... y cuando leí lo que decía: Me entró una curiosidad más grande por saber quién había escrito éso. Así que me dediqué las siguientes clases a observar detenidamente los trazos de las letras, el tipo de plumas y el color de la tinta de todos en el salón... y mis investigaciones dieron resultado, creo que tengo un sospechoso. Pero no te lo diré hasta comprobar mi hipótesis...
- ¡Daniela! bueno dime pistas pues.. o algo, no me dejes con la duda...
El timbre de entrada repicó haciendo correr a los estudiantes a sus salones.
 
Minimusa y Danny caminaban enfrascadas en su conversación hacia la clase. Una mano huesuda y una voz chillona llama a Mini a que se detenga.
-¡Miss Angie!, buenos días... -die Minimusa girando sobre si, mientras la prefecta la toma del hombro.
- ¿a que hora llegan tus papás? pregunta la prefecta con cara de pocos amigos.
Minimusa palidece. No sabe que contestar. solo resuleve encogerse de hombros y bajar la mirada al piso.
- Los esperaremos en el salón de castigos.
 
Mini conocía muy bien ese salón.Varias veces había estado "detenida" en ese sitio. Era el lugar más aburrido y solitario de la escuela. Un antiguo laboratorio, del cual solo quedaban las mesas y las sillas altas... un olorcillo raro, un extintor colgado en la pared y un pizarron sin gises. La cárcel perfecta. Ahi fue llevada Mini, a cumplir su condena. Poco a poco fuueron entrando también otros estudiantes que llegaban tarde, a quienes los mandaban ahi durante la primera hora, si no eran retrasados frecuentes, ya que a la tercera vez que llegaran tarde, se les regresaba a su casa...
 
Mininusa tuvo un luz de esperanza. Quizá solo sea la primera hora de castigo... o hasta el primer descanso...
Pero sus ilusiones se borraron cuando sonó el timbre del final de la primera hora, todos hicieron un fila para salir del salón, y cuando avanzaba junto con el contingente, tratando de pasar desapercibida por el pasillo hacia el salón de clases, nuevamente la mano huesuda de la prefecta la tomó por la muñeca: ¿a dónde Minimusa? ¿viste si llegaron tus papás a entrevista? - dijo la chillona voz mientras el convoy de estudiantes avanzaba por el pasillo y Mini se quedaba atrás.
 
- ¿no entendiste las instrucciones? ¡en el salón de castigo hasta que vengan tus papás!
 
Minimusa asintió y suspiró. Trataba de animarse pensando que de todas maneras la clase de geografía era muy aburrida y la de historia también...Se sentó nuevamnete en un banco alto cerca de la ventana, y vio alejarse por el pasillo a la prefecta con pasito acelerado. Sacó su libreta y comenzó a dibujar en la última hoja, un paisaje lejano, como un desierto, y su imaginación la llevó lejos, más allá de las amarillentas paredes de su encierro.

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