Tuesday, August 24, 2010


Sueños de unas noches de verano.

Oh my life is changing everyday
Every possible way
Though my dreams, it’s never quite as it seems
Never quite as it seems

Dreams (the Cranberries)

"Un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.”
José se levantó, tomó al niño y a su madre y salió de noche con ellos camino de Egipto" (Mt. 2, 14).
Nos habla entre sueños, nos confronta. Lo hace através de deseos, de miedos, de símbolos. A algunos, quizá los más resistentes a soñar despiertos, nos habla dormidos.  A otros nos provoca en la vigilia. El hombre se mueve por sueños.  

Soñamos lo que deseamos, y también lo que tememos. Ya los griegos intuían que nos desplazamos entre dos fuerzas: el miedo y el deseo. Soñamos que nos caemos, que chocamos, que caminamos o corremos huyendo de algo o alguien, que gritamos sin voz... y le llamamos pesadillas. Soñamos que volamos, que bailamos, que flotamos con ligereza sobre el viento, que conocemos a gente que admiramos, que resolvemos el problema que nos aqueja en la realidad de una manera tan simple... y siempre nos soprende el despertar. 
Despertar es aveces el alejarse de lo maravilloso que se siente vívidamente en el sueño, sin la culpa, sin el remordimiento y sin el goce de lo que hasta hace unos instantes se sentía, veía, olía y sabía tan real. Otras es la salida a horribles temores, donde bendecimos la oscuridad de la noche y sus ruidos como la hermosa realidad que nos rodea, que nos salva de las pesadillas. Sea como sea, siempre al dormir, esperamos el despertar. Acomodamos la cabeza en la almohada deseando que ése no sea el último sueño, o como se dice eufemísticamnete a la muerte: "el descanso eterno"...

Dormir es morir un poco, -sobre todo para aquellos quienes tenemos el sueño pesado- es alejarnos de lo que amamos y conocemos, lo que nos molesta y nos preocupa y dejarlo de lado. Me imagino que así ha de ser la muerte. Si los sueños generalmente están conectados con nuestros miedos y deseos y nuestras acciones corresponden a ellos,  nuestra muerte será algo parecido. 
Soñar a veces es como aventarte el "resumen de la semana" pero en un código medio abstracto y loco, que cuesta trabajo interpretar. detrás de cada imagen, de cada acción, hay un mensaje, sólo decodificable por quien lo recibe. Sólo que hay que descubrir la clave. 

¿Y cuando no se sueña? "Un hombre es del tamaño de sus sueños"... reza la frase, "soñar es desear la dicha..." canta Cenicienta durante el vals. La realidad no existe sin sueños. Ya sea dormido o despierto.  el motor más fuerte para una persona, son esos deseos, anhelos, miedos... que nacen genuinamente del corazón y que lo invitan a emprender cambios. Grandes o pequeños, nimios o importantes, la Providencia tiene sus caminos para iluminar nuestra vida y nuestro camino. La libertad de llevarlos a cabo es toda nuestra. Hay quien se conforma sólo con soñar, imaginar y hacer planes. Solo los valientes los llevan a cabo. Es de grandes hacer sueños realidad.

 Aunque algunos sueños parece que comienzan siendo pesadillas horribles, con mostruos y poderes oscuros en nuestra contra, la creatividad, la imaginación y la voluntad del soñador son siempre más poderosos que cualquier adversidad soñada. Lo más hermoso de soñar, sea pesadilla o sea ensoñación, imaginación o proyecto despierto es que siempre, siempre habrá un despertar.
Momento de transformar, trabajar, aterrizar y dar forma para que lo soñado se convierta en proyectos, que cobre realidad, o de plano alejarlo de nuestra vida, poner manos a la obra -o pies en polvorosa- para alejarnos lo suficiente de lo que nos atemoriza, lo que nos afecta, para que al final, no despertemos de un letargo, tan confundidos que no sepamos distinguir, como en la canción de la Cuca "o lo viví o lo soñé..."

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