Revoluciones.
Suceden sin previo aviso, comienzan. Como marejada se levantan después de haberse replegado. Escalada que comienza a veces con intercambios de ideas, con reflexiones. Cuando fuimos de piedra, con palos las defendimos. Cuando fuimos de acero, la lanza y la espada eran la forma y fondo. Cuando obtuvimos alas, hicimos llover fuego del cielo.
Virtuales, hoy somos virtuales. Seres que viajan entre redes sociales. Se descargan, se desconectan. Hace tiempo que arde en el intercambio de ideas una revolución late tras los parpadeantes leds, tras de los millones de colores hechos luz. Señorean el espacio, viajan a velocidad de la luz. Hoy las ideas son más veloces y más permanentes que quienes las gestaron. Guttemberg finalmente ha sido superado.
A pesar de las brechas que el analfabetismo y el -analfabetismo tecnolócico- supone, las razas se diluyen, o se definen aún más. grupos radicales se deshacen en insultos, en descalificaciones, en desprestigio de quienes consideran sus enemigos... En el centro, el navegante que abriendo ventanas descubre universos nunca imaginados, posibilidades infinitas...
Desde hace tiempo vivimos la tercera guerra... y sin saberlo formamos parte de alguno de los ejes. Y como siempre, cuando todo esto termine los vencidos seremos todos, carne de cañón, al frente de batalla, sin derecho a preguntarnos si queríamos o no participar en la lucha. Aférrate al timón navegante el el único que te llevará a tu destino.
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