¿Por qué los cuentos de hadas; especialmente los de princesas y príncipes terminan en "se casaron y vivieron felices para siempre"? No le saquen señores cuentistas, a ver invéntense una historia en la que después de casarse, tener un hijo ( o varios) caer en la rutina, el stress del trabajo, los cambios de look, el efecto de la gravedad y la pérdida de cabello; el príncipe y la princesa viven (o sobreviven felices para siempre).
No, nadie vive feliz para siempre, ni siquiera los cuentos de hadas se han atrevido a abordar el tema. Incluso las telenovelas; terminan justo ahi; en la boda y el beso final. Pero eso, es simplemente el principio. Después de la luna de miel y de terminar de abrir todos los regalos y colgar hasta el último adorno del nuevo nidito de amor, el romance empieza a cobrar tintes de realidad.
A "alguien" no le enseñaron en su casa que la pasta de dientes no se aplasta de cualquier lado, sino "de atrás para adelante", o que "cuando uno se baña cuelga la toalla en algún lugar para que no se apeste" o que "la barra de pan bimbo tiene un alambrito para cerrarla cada vez que la abres" o que "las llaves se dejan en un solo lugar"... y así, una lista interminable de pequeños o grandes "detalles" (vicios ocultos como se dice en la jerga arquitectónica) que nunca supimos del otro. Ese extraño ente que duerme a nuestro lado y que en quién sabe que momento de loca irracionalidad le prometimos sabe cuantas cosas...
No sabíamos o no quisimos ver... porque en los ojos del enamorado, hasta los peores defectos se vuelven virtud. Si sale mucho a fiestas y toma, "es muy sociable y alegre". Si es callado y poco amigable "es tímido y reservado, pero muy observador". Si es desaliñado y sucio "es hippie e intelectual, ya sabes así son ellos". ¿qué hubiera pasado si el príncipe que salió corriendo tras cenicienta viera el zapato y dijera: -ah, mira que señorita tan desordenada, anda dejando los zapatos tirados y todavía ni llega a su casa, quizá no me convenga como esposa...? Pues no había cuentos de hadas, ni tampoco habría matrimonios.
Uno se casa no con convicción en uno mismo o en el cónyuge. Sino con la esperanza de que, con la ayuda de Dios y de la comunidad, podrán permanecer juntos a pesar de los defectos de cada uno, como lo prometieron un día, el día de la boda. Por eso me gusta el sacramento del matrimonio. porque a diferencia de otros ritos o contratos sociales donde se unen los cónyuges, en el matrimonio se reconoce uno carente, defectuoso, hasta enfermo, y acepta al otro de igual manera, por el resto de su vida. Amor y respeto por lo que te quede de vida. ¿cómo puede convertirse eso en una pesadilla?
Si compraras un jarrón indestructible, garantizado de por vida, que combina perfecto con los demás muebles y decoración de tu casa y por un precio de sueño sería una excelente inversión. Sucede que a medida que pasa el tiempo, las modas cambian, a lo mejor las necesidades de la familia cambian y al final, cambias de casa, de muebles y de gustos. ¿y el jarrón? puede ser que se ajuste, puede ser que no. Puede que del lugar central que ocupaba en tu sala, ahora quisieras esconderlo en el cuarto de servicio o dentro del clóset. El jarrón es el mismo. Lo que cambió es el entorno, y de repente siemplemente no encaja. Gracias a Dios no somos ni nos casamos con objetos inertes. Los seres humanos cambiamos y es tarea nuestra irnos adaptando poco a poco a los cambios de nuestro entorno. eso se llama madurez. El poder vivir adecuadamente en la realidad que te pertenece.
Quien decide ser "jarrón" y evitar que las cosas cambien, o aferrarse a una realidad que no es la propia, es quien convierte al matrimonio en pesadilla. No es el otro y sus defectos. Esos siempre han estado ahi: Es la capacidad de uno de aceptarlos aprender a convivir con ellos y llegar a amarlos es lo que hace que un matrimonio dure toda una vida. No el amor, la pasión, la belleza, sino la fidelidad, la fidelidad a la promesa de amar y respetar incluso los defectos y enfermedades... y eso, te toma toda la vida.
1 comment:
Anita, qué bien describes lo que es realmente el matrimonio.
Adelante! y gracias por recordármelo.
Besos
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