Cuentos, cocina, manualidades, canciones, consejos, reflexiones, locuras... un poco de todo desde el corazón.
Wednesday, June 30, 2010
Las primeras palabras.
¡NO!, coca, caca, mamá, papá, y gol.
¿quién dice que el ambiente no condiciona al individuo?
En casa no somos lo que se dice aficionados, sin embargo, como muchos otros, nos dejamos llevar cada cuatro años por la fiesta mundialista. Pero aunque así no lo hiciéramos, es decir, si nos fuera indiferente la justa futbolera del verano, es casi imposible no involucrarse. Prende uno la tele y si no está el juego en lugar del programa favorito, está un especial futbolero, el resumen de los juegos, la repetición del partido, los comentaristas, o en su defecto los comericales relacionados con el futbol una y otra vez...
Me preguntaba yo después de que el equipo mexicano perdió ante el equipo argentino, por qué desde que tengo memoria, México nunca llega a cuartos de final. No estoy diciendo que sea semifinalista o que haya logrado una copa del mundo... eso ya es mucho pedir. No se nada de futbol, pero sé que en México es uno de los negocios más redituables. Basta mirar la cantidad de comerciales televisivos, spots en el radio, aficonados que llenan los estadios de futbol, que si la liguilla, que si la pretemporada... el chiste es que todo el año hay fut, y los beneficios económicos correspondientes no dejan de correr. ¿cuánto gana un futibolista de primera división? Seguro más que un diputado. Y mira que los diputados ganan... Aunque ninguno de los dos al final de resultado.
La afición mexicana, así como el electorado, se conforma con el espectáculo. ¡no ganamos, pero que buen partido! o en el ámbito de la política: ¡éste fulano trae una muy buena campaña, dice que va a quitar la tenenencia y bajar los impuestos!
Y al final, ni goles, ni campeonato, ni copa, ni nada. Y quienes pusieron sus esperanzas en aquellos que salieron a decir que esta vez sí iban por todo, se quedan ahi, escuchando las justificaciones: que si el arbitraje, que si la cancha, que si el primer gol iba de la mano del segundo... somos buenos para echar relajo en las gradas, alegría y creatividad desbordada. ¡hasta las vuvuselas ya las habíamos inventado nosotros antes!
y que me dicen de la ola...
En la cancha de las campañas políticas también nos damos el lujo de disfrutar (o padecer) el espectáculo de los políticos, que si las campañas sucias, que si las intervenciones telefónicas, que si el mitin donde regalan gorras y ¿vuvuzelas? -ahora ya sabemos como se llaman esas trompetitas que regalan- y el correspondiente desayuno de tamales o tortas o jugos o despensas... Muchos se acercan nomás por el relajo. Al mexicano le encanta la fiesta, el espectáculo, el desmadre, pero y ¿a la hora del trabajo?
A la hora de rendir cuentas, -cada uno en su ámbito de competencia- a la hora del resultado, ni los políticos ni los futbolistas dan una. Después de llevarse a la bolsa el dinero de la afición ( o del electorado) que compra "la negra", "la verde" y hasta los sándwiches, resulta que siempre no dábamos el ancho. Que el rival era más fuerte de lo que pensábamos, que la suerte no nos favoreció, que la corrupción y la delincuencia son un enemigo más fuerte y que no se puede combatir así como así...
Y asi nos vamos, cada cuatro, cada seis años, esperando que ahora sí México pase a cuartos... y mientras, nos sentamos a esperar, a que algo pase.
- goool, grita Caty mientras patea un oso de peluche tirado en el suelo de la sala.
Yo levanto el oso y me pregunto si le tocará ver un cambio.
por lo pronto, yo sigo entrenando a mi selección.
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