Tuesday, February 16, 2010

El no ya lo tienes...


En una de mis clases de introducción al guión, preguntabamos a uno de los profes cómo se vendía un guión. - "El no ya lo tienes, vé por el sí..." Dijo Marco Marco Julio Linares, mientras levantaba sus despeinadas cejas blancas.

Asi es, nacemos con el no. No tenemos nada, nacemos desnudos, mojados, habrientos. Parte del crecer es reconocerse en indefensión, pero hacer algo para salir de ese estado. De niñas a mi hermana ya mi nos dió por vender dulces, palomitas, tamarindos, y cuanquier cantidad de porquerias de casa en casa. Al principio nos daba mucha pena tocar la puerta. Pero al realizar nuestra primera venta se nos olvidó la sensación que en un principio nos invadía al tener que llamar a la puerta de un desconocido y decirle: -¿no compra dulces? A esa corta edad (7 u 8 años) aprendi una cosa: si no tocaba la puerta y me animaba a ofrecer mis productos, nunca iba a vender, además, si me decían que no, pues no pasaba nada, me iba a la siguiente casa y ya está, quizá ahí si me comprarían. Había una diferencia clara entre que las personas no quisieran comprar y que me rechazaran a mi como persona. Para mí era muy claro entonces.

No se que pasó con el paso del tiempo. Sucede que ahora, que tengo otros productos distintos que ofrecer, y un mercado que no es precisamente tocar las puertas de mi colonia, me invade de nuevo ese sentimiento: ¿y si no me compran? ¿y si no les gusta mi trabajo? y derrepente: parálisis. Ya no me animo a tocar puertas. Lo que me doy cuenta es que igual que como sucedía en el pasado, no tengo nada que perder. Si una puerta se cierra, ya otra se abrirá. Pero si no llamo, jamás se darán cuenta que estuve ahí.

¿A que viene todo este cuento? Resulta que hay una convocatoria de concurso de cuento. Y lo primero que pienso es : ¿a qué hora escribo un cuento yo? y luego para que ni gane... - y así, mil frases giraron en mi mente. Pero la frase de Marco llegó a mi cabeza: "el no ya lo tienes..." Así que voy por el sí. Esa misma tarde busqué más información y encontré la convocatoria completa. Me puse manos a la obra. Pesé en mis pequeños lectores. Y les escribí un cuento. Hoy lo imprimo y le sacaré las cuatro respectivas copias engargoladas para enviarlas bajo pseudónimo, bla, bla, bla... Me gutaría ganar. El premio es jugoso. Pero no me animé por eso. Al igual que cuando me animaba a timbrar el alguna casa de pequeña, lo hago por el simple placer de buscar el si.

1 comment:

JUMAGN said...

Vamos por tokio comadre :)