Bomba de tiempo.

En el silencio de mis labios se encierran todas la palabras que no me atrevo a dejar salir. Estan ahí, encerradas, deteniendo el paso vertiginoso que les bombea el rítmico palpitar de mi acelerado corazón.

Y se aprietan mis labios, y mis puños, y mis ojos. Las puntas de mis uñas quedan pintadas en la palma de mi mano. Solo te veo pasar, de aqui para allá. No me miras. Sabes que en mis ojos están escritas esas palabras que no tienen sonido, pero gritan lo que yo no puedo decir. Y cuando me atrevo, y cuando por fin las dejo salir, ellas, en desordenado tropel dicen las cosas que yo no quiero... que yo no siento...

Una vez más la cascada de palabras han hecho de las suyas. Se que no dije lo correcto, que en el desorden y la confusión, se desbordaron los sentimientos y que tras el estallido...
No era como lo esperaba, no como me lo imaginé, pero por fin me has mirado. Se que existo. Que tengo una voz. Solo es cuestión de empezar a usarla, a tiempo, antes de que la acumulación de emociones vuelva a provocar un estallido como el de la última vez...