El espíritu navideño invade las calles. Sobre todo los comercios. una y otra vez se escucha "el burrito sabanero" o "noche de paz". Hasta la butarga el doctor Simi deja de bailar merengues fuera de sus farmacias, los ha cambiado por "la cumbia de santa claus".
Hay las opiniones encontradas, quellos que odian la navidad y todo lo que se realcione con ella y los amantes de santa. Los primeros refunfuñan y se quejan del tráfico de la temporada, de las compras de pánico, de los caro de los precios, de lo "naco" de los adornos, de lo molesto de la música y de lo ridículo de los trajes de los gnomos y barbón el gordo de rojo. Los segundos vacían sus cuentas de ahorros, tapizan sus casa de foquitos - ¡musicales!- son invadiudos por un montón de seres polares. renos, pinguinos, monos de nieve, santas... compran el pino más alto y frondoso que encontraron y lo cubren de adornos, moños, esferas, angelitos, focos y cualquier cosa colgante relacionada con la época navideña.
Muchos se reúnen a celebrar las fiestas en familia, sólo para recordar lo mal que les cae fulano, o que sutanito no te ha pagado, o devuelto lo que le prestaste el año anterior, o criticar lo gorda que está la esposa de....
Comienzan los intyercambos de regalos y es la muerte. Cuando no es una competencia de a ver quién gastó más, es el sutil modo de decirle a otro u otra que ni te molestaste en cambiar la tarjeta del roperazo que le diste, o demostrarle lo mla que te cae regalándole ¿unas chanclas de baño?- y la tarjeta diría: para tí, con mucho caríño, para que no te andes resbalando por ahi... ¿una crema de rasurar y un rastrillo? con su respectiva tarjeta: ¡Me caes de pelos! ¿una cera para calzado? con su linda dedicatoria: con todo cariño ¡para que ya brilles en sociedad!
No soy del grupo de los grinchs, que detestan la época y sus excesos, pero tampoco soy una fanática de la navidad. Tengo amigas que pasan todo el año comprando regalos que darán en diciembre, para eso de noviembre, ya tienen su lista de regalos completa y se molestan cuando nace un sobrino nuevo o a algún primo se le ocurre tronar a la novia porque ¡transtornan sus planes de regalos!
No se, yo disfruto del rico ponche, los buñuelos, el olor a pino de las casas que ponen arbolito natural... aunque me cuesta trabajo entender por qué tenemos que decorar la casa como si se tratara de un paisaje invernal, cuando entre el Trópico de Cáncer y el Ecuador, es tan raro que caiga nieve...
Una amiga de origen argentino, se burlaba de los pobres tipos que en su país se disfrazaban de Santa, -para los que no lo sepan, en el hemisferio sur, la navidad cae en pleno verano- y de lo ridículos que se sentían en su familia cantando villancicos en shorts y tragando turrones mientras escurrian gotas de sudor por sus frentes...
Me vino a la mente esa cancioncilla de 31 minutos, acerca de la calurosa navidad chilena...
http://www.youtube.com/watch?v=w4Mn2fsifSw
Yo soy de la opinión de que cada quién viva la navidad como más le guste. Con frío y nieve de a deveras o, con nieve en aerosol, con pistas de hiejo callejeras y conciertos de tenores famosos al aire libre; con pinos sintéticos o naturales, con pavo o con romeritos y tortitas de camarón... Cada uno y sus tradiciones. Lo más importante es saber que la fiesta, los regalos y los adornos, nos recuerdan algo mucho más importante que sucedió hace ya más de 2009 años en un establo en Belén...
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