Mi carta para el niño Dios.

No hay más boca llena de sinceridad que la de los niños... Una de estas tardes, entre el trajín de la rutina, ocurren converaciones filosóficas y profundas entre padres e hijos. Ayer por la tarde, Tomás y yo hacíamos la tarea:
- ¿cuando hay que escribir la carta?
- ya mero, termina la tarea y vemos eso.
- ¿cuando yo no sabía escribir cómo le hice para pedirle al niño Dios regalos?
- pues papá y yo te ayudamos...
- ah ya se, por eso no me trajeron lo que yo había pedido...

Me quedé sin palabras...  Luego ya le trató de componer diciendo que al niño Jesús le gusta que los niños escriban con su propia letra y que por eso este año si la va a escribir él, pero lo dicho dicho está. Y es que es tan dificil saber qué es lo que van a pedir, si a cada corte comercial de la televisión, entre caricatura y caricatura, pasan cerca de cinco juguetes diferentes: "mucha diversión, tuércelo y retuércelo", "con mi baby alive aprende a ir al baño" "my scene, joyas aqui y allá" "atréverte a escapar de los afilados colmillos del tiburón..." y así por el estilo. Y a cada comercial dicen: yo quero ése, y ése, y ése también.
Por eso es apremiante la escritura de la cartita, y aplicaremos lo que los abogados "lo que no está en el expediente no existe", es decir, lo que no pediste a través de la cartita, no esperes recibirlo. 

Me dan ganas de hacerles un duplicado de la carta, con firma de 2 testigos. y ya que el niñito Jesús se haya llevado el original ( no podemos solicitar un acuse de recibo de su parte, eso hasta pecado ha de ser ¡falsificar la firma de Jesús! ni pensarlo.) cotejar la copia con lo que se reciba en navidad... pero es complicarse demasiado.

Es mommento de "una oportunidad de aprendizaje" se le conoce como tolerancia a la frustración, algo muy útil en estos tiempos de crisis económicas, desempleo... Pero sobre todo, es la oportunidad de enseñarles que el mejor regalo ya lo han recibido... solo les falta descubrir cuál es. A cada quien le trae cosas diferentes.

Por lo pronto, yo ya empecé a repasar mi lista de lo que le voy a pedir al niñito Jesús, y esta vez, va con mi puño y letra, no vaya a ser que me hagan chanchullo,. como bien me advirtió Tomás...