El síndrome del zopilote estriñido, el que planea mucho pero no hace nada de nada...
Inconstancia. Mi pecado favorito. Sip. Empiezo una dieta, al primer encontronazo con algo rico, caigo. Propóngome hacer ejercicio, y a la primera decepción, lo dejo. Hago un blog proponiéndome escribir a diario, y al mes, ya me dió flojera, primero dejo de escribir los fines de semana, luego los días feriados, después cualquier pretexto es bueno para dejar de escribir: que si me desvelé anoche, que si tengo mucho trabajo pendiente, que si los niños están enfermos y no fueron a la escuela...
Muchos preyectos de mi vida son así, una caja de cerillos que se prenden, arden, pero antes de ser consumidos hasta el final, se apagan. Admiro a esa gente que persevera a pesar de los fracasos, de los inconvenientes, que no le importa lo que la gente piense de ellos o sus actividades, ellos avanzan, paso a pasito en sus planes, y no importa lo monótono, aburrido o rutinario que se convierta su actuar, simplemente la constancia es su clave para terminar cada uno de los proyectos que se proponen.
Quisisera ser así. Quisisera ser como ese tronco que tarda tanto en arder, que está rodeado de lenguas de fuego y poco a poco se enciende, se enrojece, se torna a un rojo vivo, pero lo más importante es que logra convertirse en brasa ardiente, conservando todo el calor para consumirse, lentamente hasta hacerse un montón de cenizas. Pocas cosas en mi vida han llegado a consumirse o más bien dicho a consumarse asi. Me muevo muchas veces por impulsos, por corazonadas.
Nunca permito que me alcance el aburrimiento, estoy de una cosa a otra, siempre dinámica, siempre en mivimiento. De forma que mi rutina no sea nunca una rutina. pero eso cansa también. A veces volteo para atrás y veo un montón de proyectos inconclusos, pausados... eso si, tengo que admitir que no TODO en mi vida ha sido así. He elegido un par de proyectos que, contra vientos y mareas los he continuado, hasta el día de hoy, pero me han costado mucho trabajo. No se si algún día llegue a alcanzar la constancia necesaria para terminar todo lo que inicio, o deje de iniciar tantas cosas. Quizá mi problema es que empiezo a construir caminos que no estoy dispuesta a recorrer hasta el final. Tal vez debiera frenar el ímpetu creativo y concentrarme en lo que ya ha empezado, hasta terminar... esos son mis desafíos, que me retan a seguir viviendo y mientras tenga cosas por hacer, me seguiré sintiendo viva.
Dedicado a Miguel, que me trajo de vuelta con un par de hermosas postales de Praga. Gracias Bro!
1 comment:
It is good yo read you!
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