Ayer nadé. No me preguntes cuantas vueltas/metros hice, ni siquiera cuanto tiempo estuve dentro de la alberca. La verdad me da mucha flojera meterme porque en cuanto toco el agua, una nube de rémoras se adhieren a mi superficie -entre tres y cinco criaturitas en traje de baño, se me cuelgan de donde se pueda y dificultan un poco el desplazarme con libertad dentro del agua.
Por eso -además de que el traje de baño es todo un tema al vestir- he evitado los últimos años, a menos que sea ineludible, el meterme a nadar.
Ayer pensaba, mientras recorría una y otra vez la alberca con mis hijas turnándose para colgarse de mis hombros al nadar, que mis hijos se han convertido en un lastre. Si, ese peso muerto que se pone dentro de cualquier embarcación, para que al entrar al agua ésta se hunda lo necesario...
"No soy marinero, pero por ti seré" dice la canción. Mucho tiempo ansié volar. Hoy estoy prefiriendo navegar sobre las aguas. En aeronáutica, el lastre es muy distinto. a los globos aerostáticos, por ejemplo, ese peso extra les impide que ganen mucha altura, es preciso arrojarlos fuera para elevarse al vuelo. A veces me daba la sensación de eso. que mi familia, que mis hijos eran como un lastre que frenaba mi vuelo.
Curiosamente, buscando las definiciones de la palabra LASTRE, entendí lo que estaba pasando: si, mis hijos han sido un lastre. porque según dice su significado lastre es: "madurez, equilibrio o aplomo en el carácter de una persona" dice el diccionario.
Así es, el lastre no es solamente ese desacelerador físico que detiene el vuelo. Es el estabilizador y el centro de gravedad. es el balance y el equilibrio.
Ayer disfruté cerca de una media hora con mis hijas, sintiendo sus bracitos al rededor de mi cuello. Sus risas y sus tirones de cabello. Agradecí su compañía y la alegría de recorrer conmigo una y otra vez la alberca. Les agradezco cada día ser mi lastre, ese peso que no me impide volar, sino que me proporciona equilibrio, estabilidad y aplomo para seguir navegando.
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