Hace unos ayeres, cuando jugábamos a crecer, hubo pioneros. Pioneros que se aventuraron a arrasar con la maleza de la inercia, del "no se puede" del "todo está dicho" y se dedicaron a contar historias.
A reescribir su destino. A atreverse a saltar fronteras y alejarse de los vicios y corrupciones de un sistema que en lugar de construir te enseña a contar mentiras.
No hay nada que anhele un corazón que sea imposible. Se abren brechas y toca seguir caminos. Nos corresponde recorrer esos nuevos senderos, y sobre todo abrir brecha en dirección a donde el corazón nos guía, hacia otros horizontes, donde está nuestra pasión y nuestros sueños.
Nuestra historia es una herencia de conquistas, pequeñas y grandes, que construyen cada día este sitio un lugar mejor. Orgullo, pero sobre todo ejemplo. No olvidemos que lo que hacen ellos podríamos también hacerlo en el ámbito de nuestra competencia cualquiera de nosotros.
Hoy son estatuillas de la academia, hoy es González Iñárritu, pero antes fueron Cuarón, y Lubezki, o Del Toro... no cabe duda que el talento y la inspiración sumada al trabajo y la disciplina de cada día rinden frutos y realizan hasta lo que parecía imposible.
Entristece un poco que tenga que ser fuera y no dentro. Que el talento, la inteligencia, la creatividad, tengan que huir de acá para poder llevar a cabo grandes proyectos. Que la industria cinematográfica nacional sea un fiasco, llena de corrupción, sindicatos que no velan por los intereses de los trabajadores, impuestos a los creadores que desalientan cualquier intento de sobresalir, de construir.,,
Para quien tiene algo interesante que decir, estas piedras en el camino se convierten también en piedras angulares de su creación.
Felicidades a los mexicanos que hacen cada día valer, y a los que de vez en cuando reciben reconocimientos muy merecidos a su talento y trabajo.
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