Ahí estaba. a punto de lograr mi hazaña cuando un traicionero trozo de botella rasgó la bolsa, mi pantalón y mi piel. Un leve rasguño, un poco de ardor, unas gotitas de sangre... Pero algo caló mas hondo... mientras manejaba camino a llevar a los niños al dentista pensaba en mi rodilla -me ardía- lo peligroso que debe ser manejar y recolectar basura y la cantidad de accidentes que los hombres y mujeres que trabajan diariamente en el servicio de limpia se ven expuestos.
En casa tenemos cerca de cinco años tratando de separar residuos. El aprendizaje ha sido mucho. Poco a poco nos hemos dado cuenta que cuando uno separa la basura -primero en orgánicos e inorgánicos- la basura inorgánica deja de ser tan desagradable. El bote de basura de inorgánicos se limpia con menos frecuencia e incluso si se hace un poco más de esfuerzo al lavar los envases tetra pak, o los frascos de vidrio de repente ya no parecen tanto desechos ¡y hasta les comienza uno a encontrar nuevos usos!
Cuando comencé a separa la basura, mi primer aprendizaje fue: tenemos que hacer algo, no es posible que el bote de inorgánicos sea ¡tres veces más grande que el de orgánicos! es demasiado empaque lo que estamos consumiendo/produciendo, ¿Qué puedo hacer al respecto? y entonces recordé la pirámide esa verdecita que está siempre al reverso de los empaques: "reutiliza, reduce, recicla" y pusimos manos a la obra. Encontré entonces varias medidas que podíamos corregir y aplicar en casa.
1 De las compras o el hermoso vicio de comprar envolturas,
Sinceramente yo era una de esas personas que pensaba que entre más envoltura tuviera el producto me daba la idea de estar "más limpio" "tipo el pan de la panadería igual y ya se le había parado alguna mosca o cucaracha desde que lo hornearon hasta que yo lo compré"... Pero luego me empecé a fijar no solo en lo "limpio o sucio" de la presentación, sino del impacto que tendría a largo plazo el ser preservada mi "donita espolvoreada con saborizantes y conservadores naturales y artificiales" no solo en mi salud, sino también en la salud de mi planeta. Hoy, sinceramente sigo comprando productos empacados, pero busco envolturas amigables con el medio ambiente. El plástico, es uno de mis enemigos acérrimos. En los centros de reciclaje aceptan casi todo: vidrio, cartón, papel, aluminio, fierro... pero no trates de llevar plásticos... a excepción del PET, es imposible vender o reutilizar el celofán de un pastelito o un "empaque metalizado" de unas frituras. Ultimadamente la patinada de mosca es un riesgo que decido correr en pro de la salud de la tierra que habito.
2 De la seguridad en el manejo de residuos.
Nada me cuesta enjuagar un cartón de leche y compactarlo, ponerlo en un montón por ahi en un rincón y cuando sea el momento deshacerme de el de forma responsable. Ya sea llevarlo al reciclaje o simplemente ponerlo ahi, en el punto de recolección y hacerle a los pepenadores más sencilla su chamba. En vez de estar hurgando entre desperdicios tales y cuales los botes o empaques que venden, encontrarlos asi, limpios, juntitos en un atado listos para ser llevados a pesar y cobrar las moneditas que les den por ello. Hoy la llamada de atención en mi rodilla me hizo recordar que un manejo responsable de mis desperdicios puede hacer la diferencia en la calidad de vida de otros.
3 De los desechos vivos y olorosos.
La basura orgánica es siempre la más desagradable. Escurre, se pudre, atrae animales... Pero es también un tesoro que acabo de descubrir recientemente. Aprender a hacer composta es nuestro nuevo reto. Aprovechar los restos de vegetales para alimentar al jardín y los residuos de comida para los animales no es tan complicado como pensaba. En tres o cuatro meses sabré si mi composta está lista para ser vaciada en mi jardín, y fertilizar algunos árboles frutales, flores y plantas aromáticas. Después de todo no es solo basura... es parte del el ciclo de la vida. Devolver a la tierra lo que es de la tierra. Mientras tanto y con un poco de esto y de aquello sembraré un poco de conciencia en las futuras generaciones. Después de todo no se trata de arrojar la basura lejos. allá. en el depósito, en el sitio de recolección, en el relleno sanitario, en el río, en el bosque, debajo de la tierra o en el cráter de algún planeta. No existe un lugar lejos. Todos somos parte de este universo y somos responsables de cuidarlo.
Este planeta necesita individuos responsables, que miren más allá de la inmediatez de la presentación, se dejen de lado las apariencias y empiecen a valorar lo que es bueno no solo para uno, sino para todos.
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