Saturday, May 08, 2010

 
Crónica del universum.

Tres enormes edificios flanquean la fachada donde un dinosaurio proveniente del desierto de Coahuila te desafía con su amenazadora mandíbula a entrar. La cartelera de teatro y talleres en una vitrina.  Apenas cruzan el umbral, se sienten como en casa. Recorren el lobby y se dirigen los tres a paso veloz hacia el espacio infantil. Una señorita muy amable, de bata azul y negra, los detiene una la puerta: -¿Cuántos años tienen?
-yo tengo cinco, mi hermano seis y mi hermanita uno. -Antes de que termine la chica de hablar, ya empezaron a jugar con el "flotador de planetas". -¿conocen las reglas de la sala?...- si, dejar todo donde lo encontramos, y no entrar ahi (señalando el espacio para los más pequeños), donde el abuelo intenta meter a la nena, pero ésta ya ha perdido el interés. Apenas tocan sus pies la colchoneta de color narnaja, corre a la puerta. Cada uno tiene en mente a donde se dirigirá esta vez.

La más pequeña  lo tiene claro: ya no desea más la zona de bebés. Hoy decidió  jugar´con las burbujas. Todo empieza a ser diversión. Uno corre hacia los libros de cuentos, saca uno y lo empieza a hojear en las mesitas de lectura. la otra, sube y baja una y otra vez por el tobogán, hasta que se se le ocurre invitar a su hermanita pequeña.Va a buscarla. Aquella etá feliz metiendo las manos a las tinas de jabón líquido y cazando las burbujas que otros niños hacen., hasta que una de ellas revienta frente a su cara y ¡Oh tragedia! nunca ardieron tanto los ojos...


Abuelo va al rescate y enjuaga rápidamente manos y cara en el baño a escala del espacio infantil, y todo vuelve a ser felicidad. La algría se prolonga por un muy buen rato. Depués d pasar por la mesa de agua,  bajar frutas en el muro de escalar, colorear con crayolas, jugar a la casita... el hambre empieza a cobrar factura. Es momento de hacer una pausa para comer. tras hacer burbujas por última vez, acomodar los cubos de la larga torre de colores, y entregar las crayolas, alcanzamos la mesa de información para que nos sellen el dorso de la mano. Una pasadita por las chispas y toques antes de entrar por ultima vez al baño y listo. Un ojo en tinta negra con las letras "universum, museo de las ciencias" nos mira fijamente nuestras caras de alegría. Sabe que pronto, muy pronto, vamos a regresar...

No comments: