prudencia y verdad

Un día, conversaban ambas virtudes. Se disputaban quién tenía más alta jerarquía en la escala de valores.

-Ya se sabe que soy la más importante, y eso es totalemnte cierto.- Comentaba la verdad, mientras erguía la cabeza en tono intimidante.
La prudencia se encogió de hombros. -No lo se- dijo tímidamente- es probable que seas una de las virtudes más importantes, pero, quizá, en ocasiones, mi papel es necesario.
- Ya lo dice el dicho querida, la verdad no peca.
- ... pero incomoda, completó en media voz la prudencia.
- Jesús dijo: yo soy el camino, la verdad y la vida... por lo tanto, no es que yo quiera poner palabras en la boca de nadie, pero DIOS es VERDAD.
- y amor, y misericordia... dijo nuevamente a media voz la prudencia, mientras miraba la punta de sus zapatos.

La verdad se levantó, extendió sus excénticos vestidos y caminó, alejándose con paso ceremonioso de la prudencia. La pudencia la observaba, lo llamativo de los vivos colores de su ropaje, la miraba brillar caminado con pasos elegantes y derrepente un enorme estruendo. Un tropiezo. La verdad cae, cuan larga era tras haber pisado su enorme vestido.  La prudencia se quedó ahi, sentada, esperando el momento adecuado para acercarse. Cuando fue el momento, se acercó, y le ofreció una mano. Al principio, la verdad no aceptó la ayuda, pero al ver que le era imposible levantarse entre tanta tela y adorno, no le quedó más remedio que aceptar la ayuda de su prudente amiga.  Y así, caminaron juntas, un buen rato, en silencio incómodo, hasta que prudencia rompió el hielo...

- Es cierto, la verdad es hermosa.- Una sonrisa de orgullo regresó al rostro de la verdad, y ambas siguieron su camino.