Thursday, February 11, 2010


Entrevista en la escuela.

Entrevista en la escuela. ¿Hay algún problema? ¿por qué me mandarán llamar?
Entrevistas de rutina, se cita a todos los padres de familia, de acuerdo a los horarios en que la maestra puede atender a las mamás (que somos generalmente quienes acudimos a las citas).
Pues me presento. Ya conosco a la maestra, una mujer joven, de unos 30 años; la veo seguido a la salida de la escuela.
Llevo conmigo a mi satélite número tres, Catalina, quien me acompaña de día y de noche, ahi va, para arriba y para abajo con su mamá, ni modo, somos mujeres muy activas...
Se lleva a cabo a entrevista sin grandes noticias: que si hay que mejorar la latra, que la limpieza de los trabajos, el orden en los materiales de trabajo, más atención en la realización de tareas...

A medida que la miss me enlista las "áreas de oportunidad" (así les llaman ahora a los defectos) de mi hija, yo voy repasando en la cabeza lo que me dice, y sin afán de justificar en absoluto sus errores, sé perfectamente de lo que me habla y qué está sucediendo...

Hacer la tarea con tres hijos pequeños es una tarea titánica. Nadie que lo haya experimentado puede contradecirme, quien no, simplemente no puede imaginárselo. Es más o menos como si tuvieras que conducir un auto, (con todos los sentidos involucrados que eso implica), y al mismo tiempo tuvieras que dirigir una orquesta, y dictar un libro... ¡Todo a un tiempo!

Mientras me debato entre las inquietudes de la más pequeña (que ya sabe caminar, pero tropieza a cada rato) la demanda de atención de la segunda, y las tareas extra del tercero, lo peor que me puede pasar es que alguien toque la puerta o suene el teléfono en esos momentos.
La lista de deberes y pendientes "a corregir" con mi hija esa mañana no fue lo que más llamó mi atención durante la entrevista.

Yo trataba de atender lo más posible las indicaciones de la maestra, mientras por un lado mi pequeña deambulaba dentro de la oficina (de unos 3 m cuadrados), tocaba todo, picaba la tierra de las macetas, recogía no se qué cachivache del suelo y se lo metía a la boca, sacaba de no se donde unas marionetas y se las repartía amablemente a la maestra y a mí... Yo estaba esperando que la maestra terminara de una vez para podr salir a cambiar el pañal de Caty, que para esas alturas de la mañana ya necesitaba un relevo. Pero entre mi ir y venir de lo que la miss decía hacia lo que hacía mi pequeño tornado, pude percibir algo muy curioso.

La maestra me miraba de aqui a allá, y noté en su mirada un tono raro, nostálgico. Cada vez que Caty le llevaba un juguete o algo, se perdía de la entrevista y acariciaba su cabeza, sus manos... Al principio pensé que era normal, si es maestra le han de gustar lo niños pequeños ¿no? pero algo en su actitud me dejaba ver que lejos de molestarle la presencia de la bebé, le gustaba que se acercara a ella.

Al terminar la entrevista no me resistí a preguntarle: -¿tienes hijos?
De inmediato su cara se iluminó. -Si, uno, de dos años y medio. - Y quién te lo cuida- Pregunté otra vez yo de metiche. -está en guardería. No pude evitar recordar aquel corto de Walter Salles, dentro de la película "París te amo". Para quien no lo ha visto, o no lo recuerda, trata de una mujer, que se levanta muy temprano, deja a su bebé en la guardería, y viaja un largo tramo para llegar a su trabajo: Cuidar al bebé de alguien más. Me imaginé a la maestra de Tere, en un salón lleno de niños, teniendo que atenderlos, lipiarles los mocos, atarles la cintas, abrirles el danonino... y su bebé en brazos de alquien más.
(Solo encontré una versión en checo, polaco, o algo así, creo que las palabras sobran, las imágenes hablan por si solas...)
http://www.youtube.com/watch?v=aK9A-YgX_VI

¿Qué pasa con este mundo? ¿por qué los hijos estan lejos de sus madres? Valoro y respeto mucho a quienes por necesidad o decisión dedican su parte de su tiempo a realizarse profesionalmente. Las mujeres hemos ganado espacios que nunca antes habíamos tenido. Pero el precio es alto, ha sido el abandono de nuestro hogar, nuestra familia y nuestros hijos. El gobierno, el imss, la suegra o la abuelita, simepre son una gran ayuda ante la necesidad de apoyo en el cuidado de los bebés, sobre todo de los más pequeños, que son quienes requieren de mayor atención. Pero el papel de una mamá es insustituible.
Justo en la mañana del día de la entrevista me preguntaba si no sería yo la peor mamá del mundo, que saca a un bebé de un año a las siete de la mañana, a dejar a los hermanos... que quizá sería mejor buscar a alguien que me cuidara a la bebé mientras yo hacía mis pendientes de en la mañana... Pero al concluir la entrevista con la profesora de mi hija, no me quedó duda.

- Que suerte tiene señora- me dijo la maestra mientras me entregaba a Caty, a quien cargaba mientras yo firmaba los papeles de la entrevista - tiene a su bebé todo el día con  usted...
Lo que muchas veces me había pesado, a alguien más le parecía una bendición. Es muy poco el tiempo que los hijos pasan con nosotros. Desde su nacimiento a su independencia son solo unos cuantos años de intenso trabajo. Hoy se que soy afortunada de poder acompañarlos en ese trayecto.

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