Thursday, January 07, 2016

El niño del cacahuatito.


Hay en nuestro México mágico, un capilla pequeña en Mezquitic de la Magdalena, un poblado de los altos de Jalisco donde se venera una pequeña imagen del Santo Niño del Cacahuatito. Esta imagen de un niño Jesús del tamaño de un cacahuate -de ahí su nombre- recibe cientos de peregrinos para mostrar su devoción y llevar un poco de agua de su pocito.

Cuenta la tradición que ahí donde encuentra el santuario, vivían dos humildes campesinos. Pedro Alanís y Juana Gallardo, quienes padecían por no tener suficiente agua para su siembra. Rogaban al cielo un poco de agua para toda la comunidad. Un día notaron que en una zona del predio comunitario donde vivían había más humedad que en tras zonas. Algunos dicen que por el salitre de una barda, otros por un árbol que se mantenía siempre verde a pesar de la temporada de sequía. 

Mientras hacían un pozo en ese sitio, encontraron una pequeña imagen esculpida del Niño Jesús, de tan solo 5 cm de altura, labrada en madera y barro, con un bracito sobre el pecho y otro sobre el vientre ambos pegados al cuerpo.*

No es necesario que explique aquí lo que significó tanto el hallazgo de la imagen del pequeño Niño Jesús, y el pozo de agua para la comunidad. Pronto el lugar se convirtió en una santuario y hoy en día muchos peregrinos van en busca de ayuda, consuelo o gratitud.

Hoy 7 de enero, me pregunto por qué no suceden milagros como en ese entonces. Digo, apenas ayer partimos una rosca de reyes deliciosa en casa, y el comentario generalizado era que nadie quería recibir la pequeña imagen del niño Jesús, -ya que al que infelizmente recibe un trozo con muñequito dentro, le toca compartir  los tamales el día de la candelaria, según la tradición obliga-. Lo mismo sucede en las oficinas, en el club, y en cada lugar donde amigos, colegas o familias se reúnen a compartir una rica rosca de reyes. NADIE, nadie quiere que le toque el niño.


Esa es nuestra sociedad actual. No clamamos al cielo por agua, como en tiempos del hallazgo del NIño del Cacahuatito, la pagamos embotellada quienes tenemos para comprarla, quienes no tienen recursos, simplemente mueren de sed.

Hoy no vemos milagros no porque no sucedan, sino porque no estamos ávidos de acontecimientos extraordinarios. Tenemos todo. pero creemos que es gracias a nuestro esfuerzo, capacidad, trabajo, belleza, inteligencia, etc. Vivimos inmersos en un cinismo quie nos impide ver el dolor, la sed y el hambre del otro. La figura del Niño Jesús aparece dentro de un bizcocho relleno, cubierto con azúcar y con frutas crsitalizadas, acitrones y rebanadas de ate de distintos sabores y nadie quiere recibirlo, Quizá porque creemos que nadie lo necesita.

Pasó la navidad, época de paz y amor, y cada uno de nosotros regresa con los propósitos de año nuevo bajo el brazo, la báscula en mente, la cuenta de banco, los planes de ascenso, y ese Niño vino hace 2016 años a cambiar el curso de la historia se queda escondido debajo de un plato desechable en una oficina.

No es la figura milagrosa del Niño del cacahuatito, o la figura plástica de panadería del famoso niño de la rosca de reyes -que en algunas roscas ya ni es Jesús, a veces es un ángel, una casita, un pastor-, es la buena nueva, el mensaje, el amor y la noticia de que somos amados.

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.. Jn 3, 23.

 Nos hace falta sabernos amados. Ojalá  que en cada trozo de rosca que compartamos, recibiéramos el recordatorio de que eso famoso niño, es el cumplimiento de una promesa de amor eterno.
Feliz día de reyes a todos y muy feliz año 2016.
 
*para saber más del Santo Niño del cacahuatito visita  http://templosdemezquitic.mex.tl/1009605_Historia-del-Santo-Nino-de-Mezquitic--cacahuatito-.html


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